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s Raver la verdad; y yt a - i noticias de lo ocur- rido en las aguas del Jordin y en Cana de Galilea con lo que ocurria en el templo, empezé 4 volar la fama por todos los confines, diciéndose que habia aparecido un Profeta ex- traordinario, que se decia el Mesias é Hijo de Dios. Ninguno tuvo tanto gozo de lo acaecido en el templo como la Virgen Madre, que teniendo de costumbre el ir cada aiio 4 Jerusalén en la fiesta de los Acimos, habia venido en companiia de su Hijo: porque habiendo pasado tantos afios en el recinto sagrado, sabia cudén indignamente lo profa- naban: yamil veces habja llorado en Ja soledad estas irreve- rencias, sin poder hacer mas que rogar 4 Dios que enviase al que seria devorado por el celo de la gloria de su casa. Mez~ clése con todo la alegriacon el dolor, viendocomo empezaban ya 4 agriarse las pasiones de los hombres contra la verdad, y como empezaba tambien a formarse aquella tempestad, que con el tiempo seria un huracan deshecho. Entre tanto despues de un viage tan gloriosamente realzado en Ji erusalén, el di- vino Maestro, huyendo de todo aplauso, se retiré ‘silencioso. -y humilde 4 la Galilea; yendo con él su amantisima Madre. Continud esta viviendo ¢en su retiro, mientras su Hijo pasaba el primer afio de su predicacion saliendo de vez en cuando hacia las aguas del Jordin, donde acudian las gentes, y anunciando la llegada del reino de Dios. Muy agradecida debe mostrarse la humanidad ‘ la Vir- gen Maria, por tan indecibles favores como ha recibido de ella: porque es muy. de notarse que el primer milagro que hizo su Hijo en favor de los desgraciados, lo impetré Maria por sus ruegos, aun ‘cuando los mismos necesitados no sa- bian que ella fuese la medianera de los hombres: siendo tambien digno de nuestra profunda atencion, que este por- tento fuese la causa de que Jesus no pudiese estar oculto mas tiempo, habiendo hecho ver por la conversion del agua en vino que era el Hijo de Dios: como si Maria, que engendré ‘al Hijo de Dios en su seno, fuese quien debia engendrar en la mente de los hombres la fé, suplicando 4 su Hijo que empe- zase 4 mostrar su virtud, para que estos empezasen 4 creer. jAh! Y asi es en verdad: pues Maria como Reina de los Apés- a a Ri teed oils Bi bee Saale Re Naar, Snglg hy a od nhns SE aS ri ili i RENE SS e ei earn 4 a ea

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