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c eee Be SY, oe nuestra tnica salvacion, y no lo hallaremos entre los pa- rientes y conocidos segun la carne, pues estos casi siempre ~ nos alejan de él, sino en el templo santo, es decir en la Iglesia nuestra Madre: alli hallaremos 4 Jesus, si observa- mos sus preceptos, y recibimos dignamente los Sacramen- tos, sobre todo la Eucaristia, en donde Jesus se nos da seep entero. O Maria, dulcisima abogada de los pecadores, yo sé — mi eterna felicidad esta depositada en el corazon de tu Hijo Jesus, pues me ha redimido con su sangre preciosa. Postra- do pues 4 tus virginales plantas, te suplico que si por una desgracia perdiere yo la amistad de mi Dios por la culpa, traspases mi corazon con un dardo de dolor, para que me levante del sueiio del pecado, y lo busque de nuevo con las lagrimas y la penitencia: y hallandolo, lo estreche para siempre en mi seno, diciendo con la esposa de los Cantares, hallé al que ama mi alma: lo tengo y no lo dejaré por toda la eternidad. Asi sea. 4 —_—_— xe G

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