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124 do sus corazones henchidos de gozo por haber asistido 4 la gran solemnidad: y despues de haber andado la primera jornada, advirtieron con asombro que Jesus no se encontra- ba 4 su lado. Fué legando la turba de los caminantes, par- te de hombres, parte de mugeres, y el Nifio no Jlegaba: vi- nieron los nifios, los nifios en cuya campafia subid Jesus al templo, y tampoco parecié, oyéndose decir al fin, que Je8us se habia perdido. No cabe en lengua humana el describir lo que pasé en- - tonces en el alma de Maria: heldsela el corazon de dolor, su- mergiéndose en la tristeza mas profunda, que cabe en una madre: y al respirar despues de exhalar un aye, que hiciera . llorar 4 los angeles, se sepulté en la mas honda sima de hu- mildad 4 donde haya descendido jamads una pura criatura, inocente é impecable, diciendo llena de amargura: jAh, Hijo de mi corazon! Veo que no te he guardado como debia'. La Madre inmaculada se acusé 4 si misma de la ausencia de su Hijo, quien se habia quedado en Jerusalén, para llenar uno de los misterios de su sabiduria,-y empezar 4 ensefiarnos cudn grande era la humillacion tomada por nuestro amor, pues teniendo un Padre en el cielo, se sujetaba 4su Madre-en la tierra, para que aprendiésemos en él 4 sujetarnos por su - amor 4toda criatura. No llegé todavia el dolor al ultimo -extremo, por creer la piadosa Madre que su hijo podria ve- eyitar toda sombra de escandalos y remover cualquier peligro: los ninos podian ir indiferentemente con sus padres en union de los otros hom- bres, 6 con sus madres en compaiifa de las mugeres: por lo que, dividi- dos ya los santos esposos desde el atrio del templo en dos turmas, yendo Maria con las mugeres y José con los hombres, creyé cada uno sin duda que el Nifio estaba en compafia de su consorte: y saliendo de la ciudad en esta persuasion, hicieron la primera jornada, y al entrar en la posada para pernoctar, advirtieron que aquel no habia venido con binguno de- ‘Jos dos. Hoy dia se ve entre los Judfos en sus sinagogas, que nunca estan los hombres con las mugeres, sino que estas se ponen *én tribunas, y aquellos en el cuerpo de la sinagoga. Asi, aunque no sabemos por qué medio pudo extraviarse el nino Jesus, sin embargo hay algo en lo que hemos dicho, que tiene vislumbre de haber podido suceder asf. t Video quod non bene custodivi fillum meum. (Div. Bonavent., Medit- Vit. Christ.,, cap. 15.) = 4 : eo 4 a 4
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