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en ellos. Porque habia Dios mandado que todo varon se presentase tres veces cada afio en su santo templo en los dias solemnes prescritos por él: y aunque esta obligacion no comprendia4 los nifios, y mucho menos 4 las mugeres, veian que Maria iba todos los afios 4 Jerusalén en el dia so- lemne de la Pascua, llevando en su compafiia 4 su nifio, quien asistia 4 la solemnidad del sacrificio del cordero, ado- raba al Sefior con sus padres, comia del cordero con ellos y otros parientes, y se volvia tambien con ellos 4 Nazaret, pa- reciendo él en sus modales un angel en carne humana, 6 un trasunto celestial del jéven Daniel, y su madre una de aque- llas nobles y virtuosas matronas con que Dios habia enri- quecido las familias de Abraham, de Isaac, de Jacob, y de David, y las ciudades de Betulia y de Susan. Desde los dias de la inocencia del paraiso, donde mora- ban Adan y Eva antes de ser pecadores, hasta entonces, no ._ sé habia visto una felicidad como la que reinaba en la hu- milde casa de Maria: mas entre tanto, sobrevino inopinada- mente 4 los esposos una adversidad tan inesperada y tan amarga, que los hizo ser por espacio de tres dias los séres mas afligidos que ha habido jamas, entrando 4 reinar en ~ aquella familia la desolacion mas triste, que pueda haber en los corazones de dos tiernos esposos, mientras haya mundo. Sucediéd pues, que siendo ya Jesus de doce afios, subieron todos tres 4 J erusalén conforme tenian de costumbre 4 cele- brar la fiesta pascual: iban sin duda con Maria otras bue~ nas hijas de Abrahdm, y tambien irian con Jesus otros nifios sus parientes, 4 quienes sus padres ensefiaban desde la pri- mera edad 4 adorar 4 Dios como Israelitas perfectos. Des- pues de un viage de cuatro 4 cinco dias hecho 4 pié, llega- ron todos 4 la metrépoli de Ja religion y del reino: y habien- do celebrado con santa alegria la solemnidad del Altisimo comiendo el cordero, los panes sin levadura, y las lechu- gas agrestes, emprendieron su viage de regreso hicia la Ga- lilea '. Dirigianse los santos esposos hacia su pais, llevan- . ' Era el pueblo Hebreo de una santa severidad, que debiéramos imi- lar los cristianos, pues no viajaban jamds juntos hombres y mugeres, para

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