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121 ~ fa'el Naxareno: y serdn tan ignorantes, que dirdn que nacié en Nazareth y que no puede ser bueno, ni sdbio, ni justo, por- que jams segun ellos, habia salido nada bueno de esta ciu- dad. jAh! Eran estos fariseos verdaderos precursores de esos escritores, que quieren que la fe sea conforme 4 sus concep- ciones intelectuales, pretendiendo que Dios se acomode & sus planes erréneos, y que revele la verdad, no como ella es, sino como ellos quieren forjarla. Por desgracia es este el gran crimen del mundo, que se llama sdbio: mas, noso- tros hijos de Maria, desechando con santa indignacion esta falsa ciencia, que los mundanos tienen por preciosa, diga- mos 4 quien quiera con palabras 6 con escritos enseiidrnos- la, lo que San Pedro dijo 4 Simeon Mago: «Sea ese tesoro para tu perdicion; y prometamos al Sefior no solo no leer, pero niaun tocar un libro que hable mal de Jesus, de la Virgen, de la Iglesia Santa, ni de nada que pertenezca 4 la fe y las costumbres.’ O amabilisima Maria, columna de resplandor celestial, que guias al verdadero Israel al conocimiento de la divini- dad, en tu corazon maternal y fidelisimo es, donde nosotros que somos tus hijos, encontramos la verdad que nos confor- _ ta, y la esperanza que nos sostiene en este valle de lagrimas. Haz, 6 Virgen sin mancilla, que de la superabundancia de gracia, que hay en tu corazon, venga 4 los nuestros la que necesitamos, para huir del mundo y de sus inicuas doctri- _ nas, resistir 4 sus engatios, y observar los mandamientos de tu Hijo en esta vida, para hendecirlo para siempre en ie otra. Asi sea.

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