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: 113 dres, que gritaban sin consuelo, los loros de los nifios que plafiian cuando los sayones los cogian por los pies para de- - gollarlos, y los rugidos de los mismos sayones que ahullaban con feroz alegria: y este eco fué, por decirlo asi, de cerro en cerro, de otero en otero, de montecillo en montecillo, hasta que llegé al Egipto, 6 hirié los oidos de la Virgen y held por unos momentos su corazon, pensando con lagrimas en los ojos en la vida del nifio, que estrechaba en su seno, y dandole afectuosas gracias, porque lo habia salvado de la muerte, pasando tantos trabajos en el viage: aunque para su corazon eran todos, antes que espinas, rosas y cla- yeles que la daba su amado Jesus, con solo verlo ya salvo ', - Llegaron por fin 4 la ciudad de Eliépoli, situada junto a las corrientes del Nilo, y dice la tradicion que bajo la som- bra de un drbol que habia junto 4 una de sus puertas estuvo ~ descansando la Virgen Madre*. No es decible la alegria. que sentiria su corazon al estar ya segura de que no atentarian ya los enemigos contra la vida de su Hijo. Complaceriase tambien su alma en ver cumplido lo que Isaias habia dicho sobre la ida de su Hijo 4 aquel pais, pues sabia que al entrar él en Egipto, serian conmovidos los idolos, y se les declara- ria el exterminio *. Y en efecto dicen los santos Padres an- tiguos, que cuando Jesus entré en aquel pais: llevado en los brazos de su Madre como en ligera nube, temblaron los tem- 4 Dolor meus non erat minimus, quem habui, quando filium meum de- ferebam in Egyptum, et quando audivi pueros innocentés occidi, et He- rodem persequi Filium meum. (S. Birgit. lib. 4 Revelat., cap. 58.) 2 Dice Sozdmeno, que cuando la Virgen se senté debajo de este drbol para descansar, se inclinaron sus ramas: hoy dia existe el mismo drbol segun lo creen los cristianos de Egipto, pues antes de entrar en el Cairo y cerca del sitio donde estaba la Ciudad del Sol, llamada Eliopoleos en griego, ‘hay un arbol vetustisimo, llamado por todos el arbol de la Virgen. Tambien hay una fuente llamada de Jesus y Marfa, y de ella se dice que en los momentos en que la Virgen dejaba sentado 4 su nifo en el suelo, para ir 4 buscar un poco de agua, pues padecia mucha sed por efecto del cansancio, el nifio did un golpecito con su pié derecho, y.broté al punto un manantial. (Bandini, Vida de la Virgen. part. 2.*, cap. 6, edicion de Florencia en 1860.) elsai. cap. 19, v. 1. TOMO II. 8

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