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: x > ' , ; 107 consolar 4 su Madre, ni contener sus ldgrimas? Su corazon la hacia temer que tras de los matorrales y malezas, 6 entre las hendiduras de los pefiascos, hubiese ya apostados algu- nos satélites del rey Idumeo, los cuales saldrian de entre sus’ escondrijos, tan pronto como oyesen sollozar al nifio. Tembla- ba la Virgen y se acongojaba, y sollozando tambien ella, decia 4 su Hijo que no llorase, pues sus lagrimas la partian ' el corazon ': y creciendo con el dolor la ternura, lo acari- ciaba y lo arrullaba, lo aplicaba 4 sus labios y 4 su seno, y conteniendo el nifio sus lloros, enjugaba la Madre. sus li- grimas y las del nifio. Asi fueron caminando los santos esposos desde el valle de Esdrelon hasta pasar de Jerusalén, internandose por quebradas pedregosas, y trepando por dsperos senderos, decididos como estaban 4 sufrir toda , especie de trabajos y arnaen ‘por tal de salvar al santo nifio. jAh! Esta, prontitud con que la Virgen ejecuta las 6r- denes de Dios confunde nuestra tardanza en corresponder 4 las inspiraciones celestiales. Sepamos, sin embargo, que _ B quizas depende nuestra salvacion de poner en obra inme- . diatamente lo.que Dios nos inspira. Una inspiracion despre- : ciada puede ser causa de nuestra condenacion: muchas almas legarian 4 una santidad consumada, si desde su ju- ventud contestaran 4 la voz de Dios, diciéndole con Samuel que hablase, pues estaban dispuestas 4 oirlo*. — - F 0 piadosa Madre, yo soy el. alma ingrata, que no ha _ dado oido 4 las amorosas inspiraciones de la gracia de tu : Hijo; pero creo firmemente, que debo 4 su’ ‘infinita bondad el : conocimiento que tengo de mi ingratitud, y que, aunque ; estuviese muerto ahora mismo en el pecado, viviria al ins- E tante, si oyese su voz vivificadora, pues é] es espiritu y vida. Haz pues, 6 amabilisima Sefiora, que oiga yo siempre su voz, y que responda 4 sus suaves llamamientos, dicién- ' Mater in aera Filii sui dicebat: Fili, si vis me dplorata cessare, cessa ct tu: non enim possum, te ploraie. non plangere. (Diy. Bonavent. Meditat. Vit. Christ., cap. 8.) , 2 1 Reg. cap. 3, v. 10.