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% oat : 4 106. 4 y estuviesen alli hasta que por medio de su aes les co- municase sus designios. ” No tardé un momento la sagrada Virgen en poner por obra lo que José la dijo: y mientras este disponia lo necesa- rio para el viage, ella se preparé sin tardanza 4 la partida, sin afligirse por tener que salir con las tinieblas de la noche, ni por lo largo del viaje y la aspereza de los caminos: sélo si, se conmoviéron sus entrafias maternales, y la dié un : a. vuelco su corazon, acordandose de las palabras, que en aquellos mismos dias la habia dicho sobre su Hijo el Santo Simeon, pues se conjuraban ya contra él los perseguidores. Levantése pues en el acto, recogié algunos pafiales y man- tillas para su nifo, arrodillése en seguida junto 4 él, lo adoré como 4 su Dios, lo besé como 4 su Hijo con nha ter- nura acrecentada inmensamente con la insinuacion del pe- ligro, lo vistié y aplicé 4 sus virginales pechos, 3y cubrién- dolo con su manto, subié 4 su humilde cabalgadura, em- pezando 4 desandar en la oscuridad de la noche el camino que trillara el dia anterior. Distaban ya quizis mas de una jornada de Jerusalén en el camino que llevaban hacia . Nazareth los santos: esposos, cuando el angel informé’4 San’ _ José del peligro que muy pronto iba 4 correr el nifio: Jo e* que les obligé 4 retroceder, para tocar lo mas pronto posi- 7 ble las montafias de Judea, escogiendo los caminos mas de- siertos y solitarios, para no tropezar con algun emisario del | tirano, y poniendo en juego cuantos medios le sugeria la i prudencia 4 fin de no dar motivo 4 que se sospechase, que iban huyendo 4 regiones lejanas. © Con cudnta cautela y temor recorriese la Virgen los ca- minos de la Judea, y cuén amargas angustias pasase su corazon teniendo que atravesar todo el dominio de Herodes, y qué trabajos padeciese hasta que desembocé en las llanu- ras de la Arabia, no es facil calcular ni pensar. ;Dénde pa- saria la noche? ;Dénde descansaria por el dia, para tomar un poco de alimento? Llevaba oculto bajo su manto al Hijo de Dios, que huia de un tirano poderoso; cuando acosado aquel por el hambre, 6 por los frios del invierno, y las in- comodidades del viage, prorumpia en Ianto, ;quién podia
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