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90 terrestre; y lo que seria tambien desde que pusiese su pie virginal en la celestial morada de la eternidad. No seguiremos en el examen de estos dos magnificos tipos el orden de los ‘tiempos, sino el de su gran significa- cion, explicando en primer lugar, lo que corresponde 4 la que prefiguré la predestinacion dela Virgen Maria 4 la ma- ternidad divina, y 4 venir al mundo en virtud de una ley de = privilegio, que Dios la otorgaba en vista de la incomprensi- ble dignidad 4 q ue la tenia destinada; y en segundo, lo que corresponde 4 las consecuencias de esta eleccion divina; que es el sentarse al lado de su Hijo en el cielo, el tomar parte en el gobierno del mundo, sobre todo del mundo de los es-_ cogidos, en la Iglesia militante, y el tener derecho 4 pedir al que lo rige y gobierna con poder absoluto. como Rey y Sefor, cuanto sea necesario para bien de la misma Iglesia y de cuantos la componen. Lo primero lo hemos de ver dise- fiado con colores bien claros en Ester, uklo pesado con no menos brillentes enLes rn 3 . me a Ester. _- ‘ Z Como en todos los demas tipos de la Virgen, en este de Ester viene acompafiado del de Jesucristo; Madorqueo se presenta en la ciudad de Susan y en todo el imperio de _ Asuero bajo dos aspectos, uno de los cuales lo cubre de opro- bio é ignominia y lo conduce al cadalso, para morir en él _ como un infame; mas el otro lo trasforma inopinadamente, y por medios inesperados y providenciales, en salvador de su pueblo en toda la tierra; y por una coincidencia tan sor- prendente como milagrosa, sucede que el mismo lefio donde pocas horas mas tarde debia morir Mardoqueo, sirve para. ahorcar en él al enemigo mas cruel, que jamas tuvo el pue- blo hebreo, que era Aman. ‘Mucho sorprende el examen de este acontecimiento: un hombre | que. no Sia doblar la rodilla 4 un mortal, que