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62 Judas, cuyos nietos fundaron la monarquia mas gloriosa que ha tenido el mundo. No hubo género de glorias celes- tiales y terrenas, que no fuera el patrimonio de esta familia: grandes é ilustres conquistadores; grandes é in- _ vencibles capitanes; guerreros valerosos é invictos; sAbios profundos y consumados; literatos y escritores celebérrimos; monarcas por fin ilustres y cumplidos, en quienes se veian en grado igual, pero siempre sublime, las virtudes que los hacian grandes en la paz, famosos en la guerra, benéficos en el seno de su nacion, pios en el santuario, justos en la ad- ministracion de su reino, y santos en todas sus obras. Todas éstas glorias de ciencias, de artes, de letras, de. saber, de victorias, de munificencia, de piedad y de religion se pre- sentan de un solo golpe, con solo nombrar 4 David, 4 Salo- mon, 4 Josafat, 4 Ezequias, 4 Josias, 4 Isaias, 4 Zorobabel. Sin embargo, es preciso tener presente, que todas estas ‘grandezas no se las habia Dios dado solo por ellos, pues la metropoli de la Palestina, su templo, sus palacios, su trono, y cuanto constituia sus.glorias religiosas y mundanas, era todo junto una figura de lo que en tiempos venideros habia de suceder en un orden de cosas mas sublimes. La monar- quia hebrea era una lijera sombra de la que el ultimo hijo de David habia de fundar, dandola una estabilidad eterna. Sus mejores monarcas fueron tambien la figura espresa de - ese ultimo vastago de la familia llamada 4 reinar. David en sus victorias contra Goliat, los filisteos, los amalecitas y otros mil enemigos, era el tipo animado del Sefior, fuerte y poderoso en la batalla, que habia de vencer al mundo, al demonio y al infierno. Salomon, reinando pacificamente so- bre su pueblo, acabando de subyugar sin mucha efusion de sangre & naciones adversas, erigiendo templo ;-suntuoso al Altisimo, y recibiendo en su palacio los homenajes de los reyes y princesas que venian hasta de paises muy lejanos 4 contemplar sus obras y hacer experiencia de sus talentos y de su saber, delineaba 4 grandes rasgos al celestial y pa- cifico Salomon, que habia de levantar el verdadero templo donde fuese Dios adorado en espiritu y verdad, y fundaria la nueva Jerusalén, 4 cuyo seno vendrian los reyes y prin- ‘