BCCPAM000542-2-33p01d00000000
reap maTeeeS ‘ at - LIBRO TERCERO. sya ey La Virgen en las figuras animadas. Desde que Spi sa a tne ta bit: que lo habia do, le enseié 4 no fijar su amor en las cosas terrenas as, ni grandezas humanas, porque todo lo que no sea conocer & Dios mismo y amarlo sobre todas las cosas, no pasa de ser vanidad y afliccion de espiritu; y ademas, la verdadera y sdlida grandeza no la ha de buscar el hombre en realizar empresas arduas, pues por grandes y colosales que sean, desaparecen todas con el tiempo, y pueden ser re- ducidas 4 la nada en un instante con solo una mirada airada _ del Todopoderoso. Sin embargo, 'es preciso advertir que no todas las grandezas que vemos en el seno de la humanidad, son pura vanidad: pues hay algunas instituidas por el mis- mo Dios, en las cuales suele colocar é1 mismo 4 quien le place, pues es€1 quien levanta del polvo al pobre, y Behe tiércol al indigente, y lo hace sentar en sélio de | | Es él quien tiene el dominio en el reino de los hombres vib da & quien quiere, colocando sobre el trono el mas infimo de en- tre ellos *. Es él, por fin, quien da facultad 4 los hombres para sancionar leyes, y decretar cosas justas, y mandar 4 los demas *. Deducese de esto, que las verdaderas dignidades, lejos de ' 1 Reg., cap. 2, v.8. # Dan., cap. 4, v. 14. 5 Prov. c. 8,v. 15. ee is
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz