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x 54 Esto mismo habia dicho en pocas sentencias el ilustre Pa- triarca de Constantinopla S n German, cuando saludando a li Virgen la llamaba, «mediadora de la ley y de la eracia, sello del Testamento antiguo y nuevo, cumplimiento precla- ro de toda profecia, acréstico de la verdad inspirada de las Escrituras, y -yolimen purisinio y animado de Dios y dél Verh en el cual cada dia es leido el mismo Dios y su Hi- jo '.» ¥ en vano, afiade, pretenderemos formar un epitalamio sagrado 4 esta Virgen, porque nada podremos decir; sino es recorriendo los amenos prados de las Escrituras, donde co- jeremos las flores misticas que forman su corona. No hay _ lugar de las sagradas paginas, donde, quien leyere con aten- cion, no encuentre derramados los nombres de esta excelsa Seiiora; y si los meditamos con detencion, comprendere- mos cudn grande es la gloria que tuvo por donacion divina *. _ Confesamos que es casi imposible tener en la mente hu- mana todos los tipos y figuras que se hallan esparcidos en las sagradas letras, pues son pocos los canticos sagrados, en que no. aparezca un nombre que no ‘simbolice 4 la Virgen en si misma y en sus virtudes , ‘¥ apenas hay una pagina en los libros proféticos, que no encubra en locucion misteriosa algunas de sus grandezas. Desde la clavellina hasta el nar- do y- el lirio entre las flores; desde el rosal hasta la lila y el jazmin, y desde la canela hasta el Aloe entre los arbustos; _desdeel granado hasta la palmera entre los frutales, y des- deel plitano y el ciprés hasta el gigantesco cedro entre los arboles, no hay uno solo florido, aromiatico, frondoso, fe- cundo, incorruptible, precioso, exquisito y singular, que no sea buscado por los autores inspirados, para explicar lo que ile la ley detiain: quien imploraba piedad para su “pela: y lleva- ba al. suplicio al enemigo de su raza; nosotros 4 Marfa, que fue exenta del pecado en que queds infecta toda la descendencia de Adan, presenta sus oraciones al Rey de. los siglos, alcanza gracia, y aniquila 4 nues- tro adversario. Mayor analogia no puede darse; pero nosotros somos infinitamente mas dichosos con la realidad, que no lo fueron los judios con las figuras. ‘ Orat. in Deipar. Natiy. * Ibid.

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