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ee es ee es F oT Ere eS MVE” Sa es ee ee aS al donde estaba el incensarioeit oro; el arca, el mani, la vara de Aaron que habia florecido; las tablas del testamento, el propiciatorio y los querubines de gloria; aquel entrar y salir de los Sacerdotes en el primero, y solo el sumo Sacerdote en el segundo, y eso una sola vez al aiio, y con sangre que ofre- cia por su ignorancia y la del pueblo, era todo figura del santuario verdadero, y queria significar con ello el Espiritu Santo, que el camino del santuario no estaba atin moot. : nice que estaba en pie el primer taberndculo *. Es: evidente que desde la vocacion de Abraham ‘inets la bajada de Moisés 4 Egipto, asi como desde Ja salida del pue- blo escogido hasta que se establecié definitivamente en la Palestina y la dominé toda en tiempo de David y Salomon, nada sucedié en el seno de aquella nacion, que no tuviese re- lacion con el Ungido del Sefior que habia de venir. «Para anunciarlo, dice San Agustin, fué deputada una nacion: y _ cuanto ocurrié en la administracion de esta repiiblica, fue una profecia del Rey que habia de venir, y habia de mest una ciudad celestial, compuesta dé todos los hombres* Una gran parte de sus hombres célebres, los utensilios de. a 4 - we A es 4 Hebr. cap. 9, v. 8. + 2 De’ consensu Evangelistar. lib. 1. cap. 11, num. 11. No podemos menos de decir, aunque someramente, lo que es el te- jido admirable del antiguo Testamento comparado con el nuevo, tras- cribiendo aqui las sapientisimas razones de un autor ilustre. «EI anti- guo Testamento se diferencia del nuevo, como la figura de Cristo del mismo Cristo; como la sombra de la imagen, de la imagen misma; como la promesa, del regalo; como la carta escrita con tinta, dela escrita por _ el dedo de Dios vivo; como la servidumbre, de la libertad; como Jasier- va, de la Sefiora; opmo. Agar, de Sara; como el temor, del amor; como la sangre del. cordero de la sangre de Cristo; como lo oculto de lo mani- fiesto; como lo de lo rfecto, la semilla del,arbol, y la espiga del trigo. De lo que se sigue, que los antiguos tenian la sombra, nosotros la realidad; 4 ellos ies fué prometido Cristo, 4 nosotros se nos ha dado; ellos se guiaban por temor, nosotros por amor; para ellos estaban ocul- tos los misterios de la encarnacion y. redencion, para nosotros son cla- Tos y patentes; ellos ofrecian la sangre de los'carneros, nosotros ofrece- mos la de Cristo; ellos poseian 1a letra, nosotros el espfritu; ellos la se- \ nila, nosotros el arbol; ellos la espiga incoada, nosotros el trigo leno; 4
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