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* ‘iee ey y hombre no pasard. por ella, we que el SeRor Dios de Israel ha entrado por ella, y quedard cerrada para el principe. El principe ; mismo se sentard en ella*. Todoésiaquimistico yalegérico, segun comun parecer de los Padres y.demas intérpretes sagrados> siendo la alegoria, en sentir de muchos, el sentido literal, y lo que directamente intentd el Espiritu Santo al inspirar al Profeta*. Esta puerta siempre cerrada_ es la Virgen de Israel, en la cual habitd. el Principe de’ la gloria, Cristo Jesus, habiendo entrado. en sus* entraias ' purisimas para tomar nuestra naturaleza, y smorado en su seno, como en su talamo y en su trono, por nueve meses. Por esa puerta oriental entré toda la majestad de Dios, por. haberla despo- sado consigo el Padre, por haberse. unido a&nuestra natura- -.Jeza en sus entrafias el Hijo, y por haber formado de su sangre purisima el cuerpo para el Verbo eterno el Espiritu Santo. Entré pues una vez en Maria, toda la gloria de Dios, dejandola consagrada ‘hija. de Dios. Padre, Madre de Dios Hijo, y esposa de Dios Espiritu, Santo. El lugar mas santo, que hay en los cielos y en la tierra, es el cuerpo: de Maria, por haber sido templo.y sagrario ‘de la augusta Trinidad, y haber estado unido con union natural al cuerpo del Hijo de Dios. Si queremos buscar un Jugar mas santo, solo lo hallaremos en el mismo cuerpo qué sale de las entra- fas de esta Virgen, el cual. es- mas. sdnto,. tan solo porque forma parte esencial de la naturaleza humans ala cual. se une hipostaticamente el Hijo de Dios., * Una vez que entré por esta puerta, la gloria. de. Dios, man- da él mismo que se cierre para siempre i todo varon, y que no pueda pasar por sus dinteles ni aun el mismo Principe. Permitirasele 4 este si, que por esa, puerta vea la gloria del Seior en las oblaciones °; pero no se Te concede franquearla ! Ezeq. cap. 44, vy. 2. ¢ .2 Cornel. a Lapid., comment. in cap: 44. Ezeq. 5 Habia en el templo de Salomon dos puertas orientales, una que te- nia sus pérticos y zaguan, y daba 4 la plaza, y otra.muy al interior, que daba al santuario: entraba el principe por la primera, y alravesando pa- tios y galerfas, llegaba 4 la segunda, la cual se abria, para que desde su

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