BCCPAM000542-2-33p01d00000000

149 §. IV. Ezequiel. Réstanos hablar de la ultima profecia, relativa 4 la ma- ternidad y virginidad de la Madre de Dios, lo que sera el © corolario de esta materia, que tantos encantos tiene, para el corazon que rebosa en fe y en amor. Pero, no pertenece esta profecia al género de las ultimamente explicadas, en las cua- Jes se dice con toda claridad, que una Virgen habia de parir, que una hembra habia de rodear en'su seno al varon, y que los males de Israel concluirian cuando pariese la que habia " de parir.La profecia de que nos resta hablar, pertenece 4 las alegorias y simbolos; pero ella sola, por medio de las figuras, dice con mayor extension cuanto entrafia la maternidad di- vina de la Virgen, asi como su virginidad perpétua. Es la mas recéndita de todas, como que fué pronunciada por Eze- quiel, amado por San Gerénimo, el Océano de las Escrituras, y el laberinto de los misterios de Dios '. Mas, en sus locuciones misteriosas aparece una verdad mas brillante que el sol, Ma- ria siempre Virgen. El Profeta Ezequiel fué el hombre de las visiones, pues entre todos los que anunciaron por inspiracion de Dios los eventos futuros, se distinguié él por la grandeza de las co- sas que vid, y por el modo espécial con que Dios mismo se las manifesté. Una de las mayores visiones que tuvo, fué la del templo de Jerusalén, que él no podia examinar, por haberlo destruido los Caldeos; describiéd su drea, sus con- tornos, sus muros, sus cdmaras sacerdotales, sus pdrticos, sus atrios, sus naves, sus tesorerias, su altar de holocaustos, el del incienso, el santuario, y el lugar del propiciatorio. Describié tambien sus puertas, sefalando cuales eran las del pueblo, cudles las de los sacerdotes, y cual la del principe; era esta la que miraba al Oriente, y ninguna era tan santa ' In cap. i Ezech.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz