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% 4 « eae . [a's el hombre y la sociedad iba 4 ‘ser regenerados. De aqui es facil comprender, que aunque la Judea era una nacion-peque- fia, sus escritos proféticos hhabian hecho gran impresion en los hombres. La idéa de que una virgen habia de dar 4 luz un nifio, 0 éra un ‘persamiento*encerrado en los confines donde hacian’ su “morada los profetas; la creencia de que al hacer este nifio’ tenian que remediarse las calamidades que abrumaban 4 los hombres, no podia tener otro origen sino las revelaciones de Dios, hechas desde el principio del mundo y publicadas de nuevo por Isafas, Jeremias y otros profetas en presencia de los reyes y de sus cortesanos: las cuales se fue- ron propalando: de boca en boca ‘hasta que, ganando cada dia mas terreno, fueron levadas 4 paises lejanos, entrando al poco a ser el pdbulo de aquellas i maginaciones de los poe- tas, los cuales, 6 corrompian con Sus ficciones los dogmas y ed . o mundo el Mesfas esperado, que Suetonio (in Vespasian., cap. 4) afirma que, Hevados de esta creencia los heb se rebelaron contra los romanos, creyendo en su obceeacion que su : destrozaria4 todos los enemi- gos.del puchlo de Dios. Pero lo asombroso es, que en Roma mismo hu- — biese una idea, aunque ‘Tuese confusa, de este gran movimiento y revolu- ~ cion universal, que era yaiinminente. Léase por un momento la égloga IV de Virgilio, en la cuah, para lisonjear 4 su amigo Polion y 4 su esposa Lu- cina, atribuye al hijo-que |ha de nacer de ellos, todo lo que la voz general propalaba que habia de’: suceder en el consulado de su tiempo: Iéase,y comparese lo que die et; poeta del Lacio, con lo que anunciabag tos pro- elas del pueblo creyente: “sVa @ nacer, dice el poeta, el nifio bajo cuyo rimperio desaparecerd la edad férrea que aflije al mundo; sé acerca el smomento en quese han de borraw las huellas del crimen universal, 'y sha de desaparecer ¢l terror de la tierra. Dios ha de ser ese nifio, pues * srecibird la vida, de’ los. dioses.»’ Dicho esto, el pocta se dirije al nifio, y lo anima 4 que emprenda su marcha; poniéndole delante el estado. el mun- ‘do, «encorvado.y vaeilante con el peso de sus anos criminales 'y ‘el mo- vimiento inminente del cielo, de ta tierra: y de los mares.»a el poeta dice al nifio: ” x Aspice convexo ‘natontem pondere ‘wusdum, lerrasque, Hinhlate maris, celum., que profundum; aspice ventura latentur ut omnia saculo. Todo se iba 4 ‘hover segun las tradiciones romanas. Véase ahora lo. que dice el profete Ageo: Ego commovebo coelum et terram; ef maré et aridam.’ Et movebo omnes goles; veniet desideratus cunctisene Mayor semejanza _ no puede darse. y= 18) tee

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