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145 se abrieron, y los muertos se levantaron de sus timulos'*.» Aqui tenemos reducidos 4 epitome los portentos del segundo érden: pero el Padre San Agustin se eleva 4 contemplar los de una naturaleza superior, diciéndolos todos en dos pala- bras: «Dios, dice, moviéel cielo cuando se encarné Cristo; Dios movié la tierra al realizarse el gran portento del parto de la Virgen; y por fin, movié el mar y las islas, cuando estas" oyeron pronunciar elnombre de Cristo *.» - Aqui si que el movimiento es grande y asombroso, por- que se descubren leyes que la razon no solo no puede com- prender, pero ni alcanzar. ; Cémo legaria esta 4 saber, que Dios se habia de hacer hombre, el invisible visible, el infinito limitado, el impasible pasible y el inmortal mortal? ;Cémo habia de sospechar que lo inmenso se habia de encerrar en el seno de una muger, y que en una sola persona habia de haber dos naturalezas de una distancia infinita , no perjudi- cando la infinita 4 la limitada, ni causando esta 4 aquella el mas minimo desdoro, no confundiéndose, no absorbiendo la mayor 4 la menor, sino quedando cada una con sus propie- dades y atributos esenciales? Esto no podia ser rastreado por la razon humana, asi como no podia‘comprender que una muger quedase virgen siendo madre; porque la ley genéral de la naturaleza le ensefiaba, que la integridad virginal que- daba aniquilada, desde el momento que la honra de la mater- nidad se presentaba con todos sus fweros; ni mucho menos podia comprender, que una muger llegase 4 ser madre, sin que la prole tuviese que rendir 4 su padre los homenages inherentes 4 la paternidad, pues nebaenigeet We ley general "que el Criador impusiera 4 los hombres. Era este el gran movimiento de los Hielbs y de la tierra, que tenia que verificarse, interviniendo en é1 tan solo dos sé- res, Dios y la Virgen; movimiento admirable, que tenia en expectativa 4 todos los pueblos de la tierra, al creyente y 4 los incrédulos*, porque todos vivian en la persuasion de que 1 Diy. Ambros. in cap. 2 Agg. 2 Lib. 18, de Civ ‘Dei, cap. 35, 5 Era tan fuerte la impresion que habia hecho ertlos judfos el saber por las profecias, que la época en que vivian era la que habia de dar al TOMO I. 10

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