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117 volvia gran pecadora delante de Dios , y aun la hacia digna de muerte en presencia de la ley. Pero muy pronto cambia- ron las circunstancias: sin que ella tuviese la mas ligera par- ticipacion en el crimen meditado por su seductor, preparado por un general del ejército del rey, y llevado & cabo por las saetas de los Moabitas y Ammonitas, muy pronto se hallé de- satada de los vinculos sagrados que la unian con su marido; y la que antes era esposa de un capitan, pasé 4 ser la mujer lejitima de un rey santo, pues habia hecho éste penitencia de sus extravios, y Dios le habia perdonado sus pecados. Desde ese momento, -y no antes, empieza la reina Betsa- bé su vida publica, en la cual se han de descubrir rasgos admirables, que preludian las grandezas que han de caber 4 otra muger, cuyas huellas ella sombreaba. Betsabé es la ma- dre del hijo mas querido de David, pues promete 4 aquella con juramento que, despues de éI, solo se ha de sentar en su trono su hijo Salomon '. Para esta muger se reservan todos los honores de la corte, y ella sola tenia parte en los consejos de la corona; 4 ella acuden los sacerdotes para tratar de mantener en su integridad los derechos hereditarios ; della tambien.acuden los mismos decaidos de la gracia del rey, © para lograr conseguir algun favor; lo que hace de esta no- ble matrona un personaje de los mas notables en el seno de la nacion escogida. THabiau lNegado para el corazon de Betsabé unos momen- fos, cuya impresion apenas puede explicar sino quien log experimenta; era una madre que veia 4 su hijo sentado en un trono, del cual se decia, que habia de durar como los dias de la eternidad: Derramaba ya grandes rifagas de luz en el joven Salomon una gloria que habia de extender sus rayos como el sol 4 medio dia; sentencias concisas, pero sdbias y elocuentes; determinaciones prontas, pero pesadas en la ba- lanza de la justicia y de la prudencia; juventud florida y discrecion de un anciano; majestad sin afectacion, y bene- volencia sin envilecimiento; amor del pueblo, fidelidad de 1 3 Reg., cap. 1, v. 17. AR cS ale ot G's a Rt hag lai cimatu io tal a ed sie aR da Nae om sia ea) cal ty la es 3 il