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eS Es esta una’ ley universal, hecesaria en la ‘economia dive na, para poner en artiionia la mtisericordia y la justicia, sal- vando al mismo tiempo los fueros de la libertad natural de hombre y del angel, 4 los cuales Dios exige amor, gratitud y reconocimiento, no queriendo darles la corona inmarcesible sin que ellos cooperen lbre y espontaneamente 4 los auxilios de su gracia, y con ella y sus buenas obras adquieran un derecho 4 la gloria. Pero si esta ley comprende 4 todos, ha- bia una especial y singular en la mente divina, que regulaba la existencia de Maria de un modo ‘distinto de los demis. Para Maria no hay prueba ni tentacion, porque esta desti- nada 4 vivir en un consorcio con Dios, superior al de los mismos angeles. El primer momento de :su existencia es de gracia y santidad, y en ese mismo momento es confirmada en la misma gracia, recibiendo el don de a impecabilidad, que es no solo el efecto de una gracia singular |concedida solo 4 Maria, sino tambien el resultado del conocimiento su- blime que tiene de las perfecciones divinas, en cuyo amor fija ella su corazon de tina manera irrevocable, entrando sin embargo en el mundo pata combatir con él como todos los que pelean para ganar la Rosnde” corona, que e ya suya en fuerza de su predestinacion, pues con solo decir aquellas palabras, «agu estd Ta esclava del Seftor; hdgase en mi segun tu palabra, habia de merecer mas que rane los angeles geles, pues no ‘ha sido. é ntifi ada sino en vi jad de leyes especiales, dispuestas por f os para. la qu e habia d¢ ser su Madre. Para comprender por tanto con qué vivos colores representé & esta gran Sefiora la reina Ester en la corte de Asuero, trascribiremos aqui las palabras de un sabio y de- voto escritor, que delinea en ellas admirablemente el tipo y la realidad. «Da tna mirada, dice al que lea, 4 la hermosisi- ma Ester, que es elejida para las nuevas bodas despues del repudio de Vasti, y por cuyo amor se da 4 siervos y minis- tros un espléndido convite, y alivio 4 todos los vasallos. No reconoces en esta Ester escondida y custodiada 4 la Virgen Maria, escondida y guardada para que no se la acercase el TOMO I. , 8

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