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109 cada uno de los individuos de ambos sexos de la naturaleza humana, tenia que ser-ella superior 4 toda la masa de la ¥ misma naturaleza junta: de tal manera, que ella sola valiese mas que todos los demds individuos de la especie juntos. Era infinitamente ‘mas que todas las mugeres por su virginidad y maternidad: lo era tambien sobre todos los hombres, por- que ninguno de ellos tenia derecho de imperio, de mando, de direccion sobre ella, y porque por su maternidad divina tuvo ella todos los derechos naturales sobre el Hijo de Dios hecho hombre, que los padres y las madres tienen sobre sus hijos. Pero hay otra excelencia y prerogativa que, indepen- dientemente de las anunciadas, la hacia superior 4 toda la masa de la humanidad. Maria puesta 4 un lado y la huma- nidad4 otro, son: luz alli, tinieblas aqui; alli gracia, aqui . pecado; amor en aquella, odio en esta; gloria en la primera, condenacion en la segunda. Maria es cielo; la humanidad toda reprobacion, condenacion, infierno. Toda la humanidad esta ligada 4 1a culpa, y viene al mundo en ella, porque una ley eterna de justicia asi lo ha decretado; el Asuero de la Persia dijo 4 Ester, que la pena de muerte era una ley para todos los hombres y mugeres de su imperio, que se atreviesen & entrar.en su presencia sin ser llamados; el Asuero celestial tenia dicho, que la ley del pecado era para todos los hom- bres, y la de la gracia, la de la inmunidad,, para su unica, para su escojida, para su. Madre. sal De ahi viene tambien que Maria es iumengamente ane rior & los Angeles en el orden natural y en el sobrenatural, en la sustancia y en el modo. Porque, |es cierto que el espi- ritu es mas perfecto que la materia, y que enelordendelos seres, la. carne es inferior al espiritu; mas, tales pueden ser las operaciones de la carne, que en el érden mismo de la naturaleza se coloque sobre el espiritu. Cuando el primer hombre vid 4 la mujer que Dios habia criado para que fuese su conpafiera, explicd aquel su superioridad sobre esta con decir, que aquella era carne de su carne y hueso de sus huesos; pero cuando Maria vea al Hijo de Dios en sus brazos, le podra decir mejor que Adan 4 Eva: Esta es carne de mi carne, y hueso de mis huesos, y sangre de mi sangre, y natu-