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y humildad la inocencia de su pueblo y 1a injusticia de sus perseguidores, suplicindole que librase 4 sus hermanos de la espada inicua, y volviese sobre sus inventores la trama aleve que habian fraguado. En esa misma noche ‘precisa- mente se estaban ya. dando los primeros pasos, para que se cumpliese con toda exactitud cuanto deseaba Ester: el rey se hallaba desasosegado, sin poder reconciliar el sueiio; y no queriendo pasar tantas horas sin ocupacion, mandé que le trajesen las efemérides de su reinado, paradivertir el tiempo de su insomnio. Leyéronse y se manosearon sus pergami- nos, y entre Jos muchos y variados eventos que recorria el lector, dié al fin con” acion de la traicion de Bagatan y ; peo ian vey 08 - ee aioage servicio de Mardoqueo, y nada se dijese = la ‘mhtualc _ ficencia de} principe en recompensarlo. No pudo permanecer silencioso por mas tiempo oyendo la lectura de sw historia: y dirigiéndose 4 sus siervos y ministros, les pregunté » qué honra y qué premio habia recibido Mardoqueo por esta fide- lidad; y todos: 4 una voz le contestaron que nada habia re- cibido. ‘La corte queddé silenciosa despues de haber dado su “2 al rey, que permanecia meditabundo, pensando “qui nc extrafia que se habia observado hacia a siesta dass x sNiatt . mo Ks con la lectura de la conspiracion, no fuese algun | aleve que se hubiese introducido tan temprano en sus apo- sentos. Mirad quién esta fuera, dijo 4 sus cortesanos. Es Aman quien esté en la antesala, le contestaron. Pues que enire, re- puso el rey. « Mas risuefio que la misma aurora, que habia ya desapa- recido por haber el sol derramado sus madejas de luz por toda la tierra, entrd Aman aquel dia en presencia del rey, _ porque en él iba 4 obtener el complemento de sus aspiracio- TOMO 1, 7