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DRLRCARORIAAAAIARAA Trrrrrrrr NArrrrrrer Mr MAA ERE LIE RR RAN IX Vanidades del mundo: el poco aprecio que debe hacer de ellas el alma devota: refle riones oportunas. A 4 ($ ya Py í Ao y ES AT ¡A NOLVIDABLE Teófila: Esta vez mepongo á es- x) 63) cribirte combatido por opuestas afecciones: '" nO SÉ si comenzar la serie de instrucciones que tenía preparada, ó si contestar directamente á la tuya. Este último párrafo que en ella escribes, es el que me pone en esta perplejidad. «El temor del respeto humano, dices, se ha dismi- nuído en mí, gracias á sus oportunos consejos, y en ese terreno me hallo más valerosa; pero le confieso á V. con grande confusión mía, que no por eso sOy menos mundana. Al contrario: yo siento que cada día tiene el mundo más atractivo para mí; queel dinero, la fama, el deseo de parecer bien, las diversiones y las galas me seducen, me arrastran, me lleyan tras de sí; y si no fuera por ese ¿mpulso secreto que me de- tiene y me defiende, tal vez á esta hora sería víctima de ese enemigo de nuestra alma. ¿Qué remedio, padre mío, para librarme de 61? ¿Con qué armas he de combatirlo para alcanzar yictoria...?» A esta pregunta debiera yo responderte categóri- camente: Con la oración y el recogimiento. Pero ) /f /

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