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QQ a O es, | $ 00 00 Y 009 90 E : Yo” . XLVI La vocación religiosa y sus diferentes modos de ser. Necesidad de abrazar el estado á que Dios nos llama, si no queremos perdernos. Arisima en Jesucristo: Me dices en tu última que sientes allá en el fondo de tu alma una * cosa nueva y desconocida que no sabes cómo calificar; un desprecio muy grande á las cosas del mundo; un amor á la soledad y al retiro mayor todavía; una fuerza que te empuja no sabes hacia donde; todo eso mezclado con una sed de sacrificios y un deseo tan grande de consagrarte á Dios, que á veces, sin pensarlo ni quererlo, te sientes con la ima- ginación trasladada á los claustros más solitarios, tomando parte en la penitente vida y santas ocupa- ciones de sus moradores. Y temiendo que esas cosas sean síntomas de vocación, me suplicas encarecida- mente que te escriba una carta sobre este asunto, el cual te parece á tí más delicado y escabroso de lo que comunmente se cree. Tú me pides esto con- fiadamente, como pudiera pedirlo una buena hija á un padre que nada le niega, y por lo mismo voy á