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315 quién le ha dado autoridad á usted para refutar al Apóstol, y oponerse á que su hija se eleve más alto que usted en el reino de los cielos?Nadie; esa auto- ridad es usurpada, tiránica, y antiracional. Tan libre es ella para elegir el esti de que ha elegido, como para elegir el religioso ó el matrimonio; y tan oril- minal será usted delante de Dios, si se opone injusta- mente á que permanezca v irgen en el mundo, como sl se Opusiera á que fuera monja ó contrajera matri- monio. Y no tengo más que decir. Ya ves, mi buena Teóñila, á Aa se reducen todas las objeciones contra la doctrina que defendemos, á un poco de humo que el viento o dejando otra vez el cielo azul y tri ansparente. Así, pues, los cargos y objeciones quedan disipados, y la verdad brillante en e 1 mismo alto puesto que antes tenis »h Jue todo sir - va par: a y loria de > Dios, hy para aumentar tu amor y estima á la virginidad, es lo que desea tu afectísimo Padr e, Fr. AMBROSIO.