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RA CEBO XLHUI El celibato y la virginidad: ¿Es lícito mantenerse cé- lábe en medio del siglo, ó abr azar la virginidad fuera del ( laustro? Solución. ES xn 4 ) NOLVIDABLE Teófila: Grande es mi alegría al saber que la gracia del Espíritu Santo ha pro- ducido en tu alma los copiosos frutos que en mi última te deseaba; pues, según yeo por la tuya, el gozoespiritual ha desterrado las pasadas arideces, han sucedido los consuelos á la desolación, y la navecilla de tu almaempujada por elsoplo divino navega tran- quilamente por el mar anchuroso de la perfección. Pero lo más importante de todo cuanto me comunl- cas, es ese amor que tienes á la castidad, esa predilec- ción que sientes por la pureza, hasta el extremo de formar tus delicias el pensamiento de conservarla siempre, con propósito firme de nunca volver atrás. Y comoes cosa árdua tomar una determinación como esa en el seno de la familia, me preguntas con mucha llaneza: «Me será lícito obrar así? El celibato, la yir- ginidad ó la profesión de la castidad fuera del claus- tro, ¿es un estado como lo es el matrimonio ó el ce-