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PS o = 246 sión de virtud y de llevar una vida verdaderamente cristiana. Todos los hechos que sobre este asunto te he citado, todos son hijos de la experiencia, y todos los he observado con detención en las personas pia- dosas: esto es lo que muchas veces me ha movido á exclamar con el profeta: Señor, tus verdades se han disminuido. entre los hijos de los hombres, y ya no reposa tu espíritu en todos los corazones devotos... El espíritu humano es quien mora en muchas almas, haciéndoles confundir los movimientos de tu gracia con los de la corrupta naturaleza. ¡Ay! ¡cuánto nos confundiremos en tu tribunal santo, al ver que las virtudes que nos parecían oro puro, van mezcladas de escoria, de escoria del espíritu humano! ¡Oh Señor! envíanos tu espíritu vivificanos con éll Muera este espíritu malo que atiende más á su gusto que á tu gloria, y haz que obremos y trabajemos por tí y pa- ra tí, ahora y siempre. Hazlo tú así, Teófila mía, para que nunca nuestfo Señor tenga que zaherirte con aquella amarga queja que lanzó contra los hijos de Israel: Vinum tum mixtum est aque. Que tus acciones y buenas obras sean hechas con pureza de intención; que obres siem- pre por principios sobrenaturales, camino el más corto que yo conozco para santificarse un alma en poco tiempo. Y adiós, hasta otra. Entretanto no ol vides en tus oraciones á tu afectísimo Padre, 4 Fr. AMBROSIO.

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