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187 tus diversiones te han acarreado á tí ind pesares y remordimientos, como alegrías al otro sus privaciones; y si después de esta vida tú hallarás tantos castigos por el mal empleo del tiempo, como el otro premios por haberlo aprovechado, ¿cómo no abres los ojos para ver quevasengaña: doy que no es eseel verdadero camino de la felicidad? ¿Cómo no te resuelves á dar demanos á losengaños del mundo, para darte todo á las prácticas de virtud? ¿Cómo no te propones em=- plear este año mejor que el año pasado? Pues esto que diría yo á cualquier persona descuidada, ruégoté, amada” Peófil 1, que te lodigas tú misma, paraque te es- timules al aprovechamiento del tiempo, durante este año nuevo, que acaso, acaso será el último de tu vida. Otra cosa hay que puede ayudarte mucho para eso mismo, y esta es la consideración de que nadie ni nada (excepto el pecado) puede quitarte el tiempo bien empleado, la virtud con él adquirida, y la glo- ria quecon esto hayas merecido. Una mala calentura puede quitarte la salud; una acción tuya mal inter- pretada puede quitarte el buen concepto que tenías en la estimación de las gentes; un suceso deseraciado puede privarte de los bienes de fortuna; una desgra- cia imprevista te puede quitar la hermosura del cuerpo; y un accidente cualquiera te puede arreba- tar la vida. Vida, riquezas, salud, hermosura, honra y fama, todo puedes perderlo ó puede quitártelo un fatal acontecimiento. Lo que nadie puede quitarte, ni tú perderlo, (si no quieres), esel tiempo bien apro- vechado, la virtud que con él hayas adquirido,y el premio que con él hayas ganado. Esto es lo único útil que puede sacar de esta vida el hombre misera- ble; y el queesto no saque, ¡pobre de él! que no se llevará de aquí otra cosa más que el punzante y cruel recuerdo que produce la memoria de un bien perdido, y perdido para siempre. Trabajemos, pues, por adquirir lo que no podemos perder; trabajemos por amontonar aquellas riqnezas