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151 este sólo gusano en un sólo día hace más daño al ár- bol que la multitud de insectos que afearon la her- mosura de sus ramas durante un mes entero. Pues esto es lo que hace la pasión dominante: va royendo poco á poco en su raíz la planta de las virtudes; va minando despacio, pero por su cimiento, el edificio de la vida espiritual; y en un momento solemne; cuando más descuidada está el alma y cuando menos lo esperaba, se derrumba y cae por tierra, dejándola sepultada entre sus gigantescos escombros. Aquí tienes explicado, aunque de paso, el por qué de esas ruidosas caídas que todos los días vemos en almas que parecían haber llegado ya á la cima de la per- fección. La pasión de que hablo se llama dominante, no só- lo porque domina al alma sin que ella muchas veces loentienda, sino también porque domina á las otras pasiones, y se enseñorea de ellas de una manera tal, que todas obedecen á su imperio y están sujetas á su dominio; y este dominio es tan tiránico que, cuando alguna pasión se mueve para conseguir su objeto, si él nos es conforme al gusto de la pasión dominante, esta se levanta seguida de todas las otras pasiones y juntas oprimen la pasión que se movió, y la sujetan y la aprisionan, y claramente le dan á entender que aquí todas han de ayunar para que sólo coma y de- vore y se sacie la insaciable pasión dominante. Y lo peor de todo es que el demonio, gran maestro en el arte de engañar á las almas, toma de aquí pie para hacer caer á muchas que poseen ciertas virtudes, que carecen de ciertos vicios, y que vencen con facilidad algunas tentaciones en que caen otras personas; y la verdad es que no hay tales tentaciones, ni tales yi- cios, ni tales virtudes: no hay más que un engaño del demonio y un triunfo de+la pasión dominante, que sujeta á las otras y vence las supuestas tentaciones con su natural energía, sin intervención de la gracia. Una persona dominada, verbigracia, por la ayari-

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