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a o O XA = — 0 >060 06 aso a TA AR A XX Una cuenta de conciencia: la lectura espiritual enfer- voriza al alma: es un buen medio para aprovechar en virtud. (y d : e ) ARÍSIMA en Cristo: Llegó tan á deshora á mis manos la cuenta de conciencia que me envías, y estaba, cuando la recibí, tan ocupado, que apenas comencé su lectura tuve que abandonarla, diciendo casi impaciente lo que el otro maestro á su bendito y escrupuloso discípulo. Cuéntase de un padre Lector de mi orden, que eran un día tantas sus ocupaciones y quehaceres, que no sabía ácual atender. No bien se había puesto á repasar los conceptos del sermón queiba á predicar dentro de breve rato, cuando oyó la campana que le llamaba al confesonario, y vió ante sí al portero, anunciándole queen el recibidor le esperaba una visita. Ya se disponía á salir de su celda, sin saber donde dirigirse, cuando le detuyo un discípulo, di- ciendo: Padre, vengo á que me dé consejos y me haga algunas exhortaciones, porque... estoy muy árido, muy seco... Aquí perdió los estribos el paciente maes- .r A e