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y E A O) XIX Origen de las tentaciones: Dios nos ayuda á vencerlas: cómo hemos de combatir las ¿Mpuras: el piano del dia- blo: un ejemplo edific ante. ARísiMa en Cristo: Para combatir de una ma- nera ventajosa las tentaciones que sufrimos, * es preciso conocer el origen y principio de donde dimanan. El principio verdadero de toda ten- tación está en uno de los tres enemigros del alma, mundo, demonio y carne. Las que traen su origen del demonio, debemos combatirlas con la oración y el desprecio; las que lo tienen en el mundo, con el retiro y el retraimiento de él; y las que lo tienen en la carne ó en los sentidos, con la mortificación de ellos mismos. De estas tres clases de tentaciones, las primeras están fuera de nosotros, las últimas dentro de nosotros, y las demás podemos decirque á un mis- mo tiempo están fuera y dentro de nosotros, ponien- do así en comunicación á las últimas con las prime- ras. Aunque, bien analizado el asunto, toda tentación consiste en una secreta alianza de lo que está dentro de nosotros, con lo que está fuera de nosotros. Nos parecemos en este punto á una provincia ó nación que