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123 lucha, y nos da el mérito de la victoria. Todos estos bienes, y otros muchos que no cuento, trae alalma la tentación vencida; y ahora, ingrata Teófila, quéjate de verte tentada, siá tanto te atreves. Por el contexto de ésta-has podido colegir, que no he pretendido contestar á tus preguntas, sino á tus quejas, para que conozcas mejor la sin razón de ellas. Es un dolor que, porignorancia más ó menos venci- ble, se queje un alma de su propio bien, y trabaje contra su misma felicidad: por esto he querido deste- rrar la ignorancia que tú tenías en esta materia. En otra, Dios mediante, te hablaré sobre el modo de combatir esas tentaciones importunas que tanto te molestan. Entretanto, pídele mucho á Dios por éste tu afectísimo Padre, Fr. AMBROSIO.