BCCPAM000540-5-09000000000000
110 tan excesivo, que fué condenado por la Iglesia. Por eso se ha dicho con verdad que los extremos se tocan, Pues bien: viniendo al asunto que en la tuya me propones debo decirte sin rodeos, que el extremo á ¡ue te inclinas tiene ciertos resab10s de jansenismo, «Me voy persuadiendo—dices —que la perfeeción consiste en Heyarnos siempre la contraria, en negar siempre nuestro gusto, y en no hacer jamás lo que nos agrada. Por eso, si usted lo aprueba, me mostraré displicente con las amigas que más quiero: me mor- tificaré en no visitar á los pobres el día que más ga- nas tenga de ello, me privaré de la oración cuando mayores deseos sienta de hacerla; y haré otras cosas por el mismo estilo, á ver si con esto adquiero el secreto de hacerme santa en poco tiempo.» ¡Válame Dios! hubiera exclamado sin duda alguna Santa Teresa de Jesús, al leer este párrafo tuyo. ¡Válame Dios, Teófila ¿Y quieres tú que te apruebe tamaña necedad? ¡Dios me libre! Aprobar eso, ó algo queá eso se parezca, solamente lo haría un jansenis- ta: con todo, no extraño tu pretensión porque almas he visto yo á las cuales su director, quizás por igno- rancia, les había impuesto ese error como norma de conducta; pero no por esto dejo de conocer que tal imposición ó aprobación es indiscreta, absurda, odio- sa, y contraria á la verdadera perfección. ¡No! No consiste nuestra perfección en negar siempre nuestro gusto, en no hacer nunca lo que nos agrada, ni en llevarnos siempre la contraria; más bien consiste en sobrenaturalizar y espiritualizar todo eso, en har- monizarlo con la gracia y servirnos de ello para amar más á Dios. La gracia se acomoda á la natura- leza, y el perder esto de vista conduce á errores muy funestos en la vida espiritual. Nadie se hizo santo contrariando las buenas inclinaciones que Dios le dió: y tampoco se santificará nadie, contradiciendo siem- pre sus virtudes naturales ó las buenas condiciones de su carácter. Por el contrario, ayuda mucho para
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz