BCCPAM000540-5-07000000000000

Ó CARTAS Á SOR MARGARITA 61 á sus libros y á las antiguas tradiciones; ven que el mundo entero espera con impaciencia la venida de su libertador, prometido desde el principio de los tiem- pos; recuerdan las predicciones y vaticinios que de él hicieron los profetas, y tomando aquel nuevo astro por señal del nacimiento temporal de un Rey eterno, se di- cen entre sí: “Este signo indica la venida del gran Rey; vamos, pues, á reconocerle por tal, pagándole tri- buto y ofreciéndole nuestros dones: y sin más esperar comenzaron los preparativos para el viaje. También, querida Margarita, hubo un dia dichoso en que brilló para nosotros el astro de la vocación reli- giosa. También apareció en los horizontes de nuestra vida la estrella luminosa de la gracia. También vimos lucir en el cielo de nuestras almas la luz esplendorosa del llamamiento divino, que nos sacó de las tinieblas del mundo. En él vivíamos nosotros envueltos entre sombra, como los Reyes Magos en la obscuridad del gentilismo; y áunos y á otros nos sacó Dios de allí con la nueva estrella que hizo aparecer á nuestra vista. Ellos la vieron con los ojos del cuerpo y nosotros con los del espíritu; pero ambos la vimos y vinimos á dará Dios adoración. Este es el primer rasgo de semejanza que tenemos con los Magos; y el segundo es el que te voy á decir. Los Magos tuvieron grandes dificultades que ven- cer para realizar su empresa, y algunos de los obs- táculos fueron tan árduos, que solamente su mucha generosidad los pudo vencer. El viaje que iban á em. prender era largo: los caminos desconocidos y casi intransitables; la estación la más cruda y desapacible de todas; no sabían cuánto tiempo habían de permane- cer lejos de su patria; ignoraban adónde los conduciría la estrella; se exponían á perderse y ser robados; y todo esto les mereció las burlas y desprecios de sus conciu: Ñ /

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz