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PEA pi didas ALT AER TAS V FINES QUE DIOS SE PROPUSO, AL HACERNOS RELIGIOSOS. Elegi vos..: ut eatis, el fructum ajfe- ratos, el fr uctus vester maneal JoAn. XV. Os elegí para que adelantéis, deis fruto de virtud, y este fruto sea per- manente. Juan, XV. Evora sierva de Cristo: En mi última, si JO > mal no recuerdo, quedamos conformes en que ¡gia tiene algún designio grande sobre nosotros, cuando tánto ha hecho para traernos á la religión; y la prueba de ello es harto clara, como vamos á ver. Todo sér inteligente, cuando empieza una obra, se propone algún fin en ella, y nadie comienza una acción, sin Sa- ber por qué ni para qué la hace. Siendo, pues, Dios el sér inteligente por esencia y excelencia, es absoluta- mente imposible que obre á tontas y á locas, por acaso ó6 casualidad; luego al distinguirnos á nosotros con vo- cación tan generosa; al entresacarnos de la masa co- mún de los fieles, y al traernos á su santa casa, algún fin se ha propuesto. ¿Cuál será, pues, este fin? Para dar con él y conocerlo perfectamente, no es menester que nos quebremos la cabeza, formando hi- pótesis más ó menos probables, que nos lleven al cono-