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Ñ 418 FLORES DEL CLAUSTRO altares y lleno el mundo de escombros y ruinas, de llanto y desolación. Yo en mi infancia me extremecta, al ver el furioso oleaje del mar alborotado; temblaba, cuando oía re- tumbar el trueno en el espacio; y me llenaba de espan- to, al oir contar los estragos de la peste 6 del terremoto. ¡Pobre de mi! ahora veo que el furor del hombre impío, que la ira de la fiera humana, que el veneno de la ser- piente masónica es más terrible y destructor que todos los elementos juntos. ¡Hombres degradados! ¿acaso 08 erió Dios para ser incendiarios y asesinos, calumniado- res y esclavos de Satanás? ¿Cómo caben en vuestros corazones proyectos tan criminales? Acabo de leer en una Revista piadosa que en las instrucciones secretas dadas por un representante de Luzbel á sus sectarios, hay un artículo que dice: Todos los hh.-. mass.:*. deben calumniar al clero, combatir á las Ordenes religiosas y trabajar con ahinco por la ex pulsión de las monjas y destrucción de sus conventos.,, ¡Desdichados! ¿También á nosotras? ¿Qué mal he- mos hecho nunca, para que así nos aborrezcáis? ¿No pedimos todos los dias al cielo bendiciones para la tie- rra? ¿No ofrecemos todos los días nuestras oraciones y nuestras lágrimas por el bien de la humanidad? Pues ¿por qué nos perseguís y queréis sacarnos del santuario y profanar nuestra morada? ¡Ingratos! con maldiciones pagáis nuestras bendiciones, con maleficios nuestros beneficios, con aborrecimiento nuestros favores y con odioirreconciliable el amor que os tenemos. ¿Y para esto se acuerdan de nosotras los masones? Mas valdría que nos sepultaran en el profundo del olvi- do. ¿Por ventura se acabaron las mujeres en la tierra? ¿Se ha perdido ya en el mundo el respeto á la honesti- dad y el miramiento á las vírgenes, esposas del Corde- ro? Pues entonces ¿por qué quieren violar nuestra

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