BCCPAM000540-5-07000000000000

A Es! e > 114 | se > bn de $ Ñ e - - AN ¿ , 2 te + ; eS OS 0 LaS «ha he ; » . L il ¿| «DA ED KDA EDIGEKDILEDA DA KDA KDA pH >> Do DORELG S ón hi Y 138 MI CIELO EN LA TIERRA ey $3 2 y [GÍA [5 sn $ z É > 39 [OllsTre cielo, después del sagrario, es la soledad de mi convento, aunque parezca burlería y paradoja á las jóvenes bulliciosas del mundo. ¿Creen ellas que la estrechura de una celda, el ambiente de un coro, un claustro sombrío, los largos corredores, un patio y un huerto solitarios no tienen encantos ni atractivos? ¡Pues se engañan! que para mí (la más po- bre entre las vírgenes á Dios consagrada) la soledad es un cielo con sus ángeles y sus estrellas. Cada paso que oigo en los corredores, cada suspiro que resuena en el claustro, cada flor que erece en el jardín, me en canta, me enternece y llena de embelesos mi existen- cia. Me faltan palabras para expresarlo, y sólo puedo dar idea de ello diciendo que en la soledad ando tan absorta y embebida, que á veces me olvido de mi cuerpo y casi no siento si lo tengo. Grata me fué siempre la soledad del campo con sus fuentes y arroyuelos, sus árboles y sus flores; pero la soledad del claustro lo es mucho más, infinitamen- te más! Aquella es soledad del cuerpo, ésta es del

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz