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E > Pe TR se ocoaaló DER O ES 23 a 5 FE es IS - 240 salad DOE as 5er 7 7, HA 366 FLORES DEL CLAUSTRO como en un doloroso bosquejo, todos los tormentos que á mi enamorado corazón le aguardaban, si quería serte fiel. ¡Tres años! y reconcentrando todas mis fuerzas dentro de mí misma, y herida de dolor, -hablando con- tigo exclamé: ¡yo lucharé! ¡yo sufriré! Ya que así lo quieres, yo venceré todos los obstáculos que se oponen á que á tí me consagre, y pasados tres años, volaré á tus brazos loca de amor y de alegría. Y rodaron unos tras otros muchísimos meses por la pendiente resbaladiza del tiempo; y en esos meses, ¡cuántos raudales de lágrimas derramaron mis ojos! ¡cuántos arroyos de llanto surcaron mis mejillas, sin hallar mano amiga que las enjugara! Dos años viví, sosteniendo interiormente y sufrien- do en silencio una de esas luchas horribles que matan al alma y destrozan el corazón, dejándolo sin vida en la primavera de la juventud; y en todo ese tiempo no hubo sér que de mí se compadeciera. Yo estaba sola en medio de los mios, y nadie veía el martirio de mialma; nadie veía las lágrimas que silenciosas se resbalaban por mis mejillas; nadie oía los suspiros y gemidos que en el silencio de la noche brotaban de mi corazón, el cual se veía como fragil barquilla sin velas ni remos en medio de un mar tempestuoso en densa y lóbrega noche. Llegó por fin el día de mi deseada libertad, y en él brotaron de mis lábios aquellas palabras que tú habías tanto tiempo esperado. ¡Jesús mío! ¡Tuya, ó la muerte! Si; ¡así había de ser! ¡yo tenía que ser tuya, á pesar de mis padres, á pesar del mundo entero, á pesar del infierno, yo tenía que ser tuya! Mas ¡ay! que para ser- lo tuve que exprimir mi corazón y sepultar en el olvido lo que tú y mi Padre sólo saben: y todo lo hice sin hu- mano consuelo en tan doloroso sacrificio; sin humana ayuda en tan amarga pena: ¡sola contigo siempre! ¡Ay!

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