BCCPAM000540-5-07000000000000

Y ARRULLOS DE PALOMAS 357 zón, y me hacen sentir un dolor y un consuelo inespli- cables. ¡Cuánto te he ofendido! ¡Cuán rebelde he sido á tus dulces llamamientos! ¡Perdón, Dios mio, perdón! Háblale 4 mi alma palabras de. vida, mientras ella riega el suelo con su llanto; háblale y oiga mi alma otra vez aquella voz que le dió nuevo ser, aquella dul ce reprensión que la despertó de su letargo. Un día me dijiste: “Con amor eterno te amé; y tú, 5bija mia, ¿por qué siempre me has amado tan poco? ¡Basta de ingratitudes! Ven, y acércate á mi..... más hasta oir los latidos de mi corazón, que tanto ha palpi- tado por ti..... hasta sentir sobre tu frente mi aliento divino, que te purifique y te dé nueva vida! ¡Oh alma! cuánto tardaba para mí este dulce momento!,, ¿Y crées, bien mio, que yo no anhelaba también por este dichoso instante? ¿Crées que no suspiraba por verme libre de aquel pesado yugo que me oprimia? ¿Crées que no ansiaba yo romper aquella cadena de ingratitudes que por tantos años venía arrastrando? ¡Oh! bendita mil veces aquella mano que la cortó! Aquí me tienes ya, vida mia; aquí estoy rendida á tus pies y libre de los obstáculos que se oponían á nuestro amor; aquí me tienes, Amado de mi alma, para no se pararme de tí, ¡nunca! ¡jamás! De aquí en adelante viviré sólo para amarte, para recompensarte mis ingratitudes con toda una vida de amor y de ternura. Aquí me tienes, Jesus mío, arrója- me al- rostro todas mis iniquidades; dame en él con mi deslealtad y rebeldía; pero déjame que.te hable, ¡Ten- go tanto que decirte!.... ¡Tengo tantas cosas que con- tarte!.... Tú lo sabes todo; pero no me niegues el placer de recordar tus favores y de llorar mis ingratitudes, ya que así lo dispone la Obediencia santa, y lo manda aquel á quien has otorgado tu representación, y le has dado poder sobre mí, indigna sierva tuya.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz