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Ó CARTAS Á SOR MARGARITA 17 dos, Señor, los que moran en tu casa; ellos te alabarán por los siglos de los siglos.,, Aquí termino, querida Margarita, no porque fal- ten excelencias que contar de la vida religiosa, sino porque la carta se hace larga. Tú, que eres feliz en ese convento, conoces por experiencia lo gratísimo que es vivir entre ángeles de paz, en compañía de Santos, siendo miembro de una Orden ilustre, hijo de un fun- dador santisimo y hermano de muchos y grandes san- tos. Tú sabes por experiencia que el convento es un jardín florido, donde el esposo de las almas tiene sus delicias y complacencias con ellas, haciéndolas parti- cipantes de sus misteriosos amores, de sus secretos inefables y de sus divinos consuelos. Tú sabes, en fin, que es verdaderísimo lo que afirma la Escritura Santa cuando dice: “Vale más, Señor, un dia pasado en tu ca- sa, que mil entre las delicias del mundo; y vale más un oficio humilde y abatido en la casa de Dios, que las mejores dignidades mundanas en los tabernáculos de los pecadores , (Salm. 53). Y pues la Escritura lo dice, y la experiencia lo enseña, no hay más que añadir, 6 mejor dicho, hay que añadir un cántico de gracias á nuestro Señor, por habernos hecho objeto de su mise- ricordiosa elección, Otro dia te hablaré sobre esto. Adios, y ruega por tu afectísimo Padre FR. AMBROSIO.