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328 LA VIDA RELIGIOSA trampas y de relajación! ¿Cómo quieren que Dios las ayude, si tiene prometido portarse con ellas, como ellas se porten con los pobres? Y cómo quiere que las soco- rran los ricos del mundo, si éstos ven quelas monjas re galan lo que ellos apenas pueden adquirir por lo costoso y delicado? No! lo que hacen los del mundo con eso es escandalizarse, ó reirse de las monjas, diciendo que son unas regalonas y pedigiieñas, que se quejan de vi- cio. En los Conventos donde no existen esos regalos, esas majaderías ni esos cumplimientos, indignos de las esposas de Cristo, son ellas más admiradas y respeta- das de grandes y de chicos; no falta lo necesario para el mísero cuerpo, y abunda la paz, la alegría, la unión y consuelos espirituales; pero en los que existe esa calamidad de regalillos, correspondencia y donecillos, ahí suele faltar la paz del alma y lo necesario para el cuerpo. Quieres que en tu comunidad no falte nada de esto? Pues quítale á las monjas los regalillos y dádivas de cumplimiento; convierte todo eso en limosna para los pobres; extiende tu mano como la mujer fuerte, para socorrer al indigente, y no temas! que no vendrá por tu casa la desnudez y la miseria. Non timebit domui sue a frigoribus nivis, omnes enim domestici ejus vestiti sunt duplicibus. En estas palabras da Dios seguridad á la Prelada limosnera de que no le faltará nada en tiempo de ne- cesidad; pues por haber ella socorrido al pobre, Dios socorrerá á su Comunidad con vestiduras dobladas pa- ra que no sienta el frio de la nieve ni el rigor del in- vierno. Por este vestido doble se entiende el sustento para el cuerpo en tiempo de escasez y el fervor para el alma en dias de tribulación á fin de que no se hiele con el frio de la tibieza. Y es buena Abadesa la que cuida de que todas sus monjas estén abrigadas en el alma y en el cuerpo con estos vestidos dobles, con

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