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XLVI! ELECCIONES Y PRELACÍAS. Hunc non elegit Dominus. Á este no lo eligió el Señor. REG. 1 />1 estimada Margarita: Con muchas ins- ASIS tancias me pides que dedique unas cartas á instruirte en el delicado negocio de las elec- ciones y en los deberes de una Prelada, Maestra de NXovicias, Procuradora, Tornera, etc, para saber cómo has de portarte si alguna vez la obediencia te impone uno de esos cargos; pero como contra el vicio de pedir hay la virtud de no dar, esta vez pienso ne- garme á darte gusto por dos motivos: el primero es por no dar materia de murmuración á las siervas de Dios, porque si trato de esos deberes con mucho rigor y estrechez, me criticarán seguramente las de manga ancha; y si doy en ellos amplitud y libertades, me ta- charán con razón las que sean rígidas y observantes; y hartarme de escribir para que luego me critíquen, tiene tan poca gracia que no quiero pasar por ello.

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