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XLIII! VALOR Y MÉRITO DEL PADECER POR Dios. Libenter gloriabor in infirmitatibus mens, ut inhabrtet in me virtus Christ. Me gloriaré en mis enfermedades, para que habite en mí la virtud de Cristo. JLAD COR. 12. Tee mía: Muy equivocada andas, al pensar que yo me habría de aburrir y fas- tidiar con el relato de tus males y tus penas, porque, en realidad de verdad, una de las mejores noticias que puedes darme es la de que sufres y padeces mucho ex- terior € interiormente. ¿Qué cosa mejor que padecer por Dios? ¿Cuál más agradable que ver castigado por la mano divina á un tan grande enemigo como es el cuerpo? En castigarlo tú, podrías tener dudas y te- mores de si me excedo ó no me excedo, si agradará á Dios que yo haga esta penitencia ó no le agradará; pero.en sufrir trabajos, enfermedades y dolores, no hay nada de eso, porque se reparte la carga entre Dios y nosotros, de tal suerte que á Él le toca dar la disci- plina y á nosotros rezar el Miserere; y una disciplina que Dios nos dé vale más que todas las penitencias que podamos hacer nosotros. Esta verdad quiero que grabes bien en tu corazón