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206 LA VIDA RELIGIOSA paloma con ceremonias muy misteriosas. El Profeta David pedía á Dios que le diera alas de paloma para volar y descansar. Isaías dice que gemirá como la pa- loma; y hasta el mismo Jesucristo nos encargó que fué- semos sencillos como la paloma: todo lo cual abona mu- cho tus deseos de querer convertirte en paloma amante del Divino Corazón. Pues, la primera señal para reconocer á un alma por paloma de Jesús, es la pureza de conciencia. La limpieza es condición natural de la paloma. Ya puede estar sucio y asqueroso el palomar donde habita, que á ella jamás la verás manchada, sucia y asquerosa. Nunca la veras posada en el fango ni en sitio donde pueda manchar la blancura de sus alas; antes al con- trario, volando por lo alto, donde no la pueda salpicar el lodo de la tierra. Pues, el alma religiosa que no posa sus plantas, ni sus ojos, ni su pensamiento en el fango de este mundo, la que tiene siempre pura su conciencia, y ama con delirio y guarda con esmero la limpieza de alma y cuerpo que ha profesado, ésta está ya en cami- no para ser paloma de Jesús. La segunda condición que ha de tener el alma pa- "a conseguir este fin, ha de ser la sencillez, según aque- llo de Cristo que antes citamos: Sed prudentes como la serpiente y sencillos como la paloma. La sencillez es una virtud muy grata á Dios, pero más rara de lo que parece; y sin ella nunca podrás llegar á conseguir la dicha que pretendes. Hay almas llenas de doblez, simuladoras, chismosas, enredadoras y mentirosillas, que alaban á uno en su presencia y ausente lo yitupe- ran; que tienen una cosa en los labios y otra en el co- razón; que escriben una carta, fingiendo amistad y cariño á una persona, cuando la están vendiendo y di- famando ante otros; y estas almas ya pueden despe- dirse de ser palomas de Jesús, que no lo conseguirán

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