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Ó CARTAS Á SOR MARGARITA 193 horrible el jansenismo como el molinismo. La virtud consiste en un término medio, del cual no quiero que te apartes y en todo caso, más vale inclinarnos a] rigor que á la blandura, sobre todo en esta materia, en que realmente somos frágiles. Recuerda lo que hicieron los santos por conservar la castidad, y mírate en esos es- pejos: unos se revolcaron sobre espinas, otros sobre nieve, otros sobre ascuas, otros se afearon el rostro, y todos huyeron los peligros y evitaron familiaridades que no eran ni peligrosas. Aprende, pues, de ellos, y por Dios no tomes pié de lo que te digo para ser menos vigilante en la guarda de la pureza, perque eso me da- ría mucha pena. ¡Fuera escrúpulos y exageraciones pesimistas; pero viva el santo temor de Dios, que con- serva al alma lejos de la culpa! El otro error en que estás metida es también de mucha monta, porque cierra á tu alma el camino de la santificación. Tarde es ya para comenzar á refutarlo; pero, Dios mediante, no se quedará la refutación en el tintero. Por hoy llevas lo suficiente para tranquilizar tu ánimo acongojado, para respirar con desahogo, y ver que los caminos del Señor son anchos y holgados para los amadores de su ley, como cantó el profeta: Ambulabam in latitudine.... Adios, y que ésta lleve á tu alma la paz que te desea tu afectísimo P. Fr. A.