BCCPAM000540-3-36000000000000
E, e dose en desamparo tan horrible, levanta su yoz diciendo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Lo que pasa aquí es incomprensible. ¿El Redentor abandonado en la Cruz? ¿Cristo clamando en ella, sin ser oído? Pues, entonces, hay motivo para sospe- char que Cristo es un gran pecador, por- que dice la Escritura que Dios no oye á los pecadores (1). Hay motivos para creer que Jesucristo no es justo, porque dice el real profeta que jamás vió al jus- to abandonado de Dios 2), y Cristo se queja de que Dios lo tiene abandonado. ¿Pero puede ser Jesucristo injústo y pe cador? En cierto sentido sí. ¿Y estas afir- maciones no son blasfemias de un cere- bro delirante? Entendidas cristianamente no! ¿Y es posible que el inocentísimo Je. sús sea criminal y por eso lo abandona Dios? No sólo es posible, siuo que de cierta manera lo es en realidad? ¿Perocó- mo puede ser al mismo tiempo inocente y criminal, justo y pecador? ¿Qué mis- Ñ 4 Més Í 1 Ñ Y y () Joan.IX. 81. (2) Ps. XXVI, 25.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz