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Saz PAN privada, por vía de castigo, de la justicia original, y sujeta á las infinitas miserias que esa privación supone. Para reparar esa caída, para sacar á la humanidad de la esclavitud del peca- do, dárnos de nuevo el ser de la gracia y hacernos hijos de Dios, apareció en la tierra el Unigénito del Padre, vestido de carne mortal y pasible, la cual tomó del seno de María; y con esto le dió á Ella en la Redención el lugar que ocupa Eva en la creación, á fin de que en el orden de la gracia fuera María para nosotros lo que es Eya en el orden de la naturaleza. Hé aquí el plan divino acomodado á nuestra corta capacidad: Adán prevari- cador y Eya culpable, extinguieron en sí mismos la vida divina que Dios les había dado para que la transmitieran á sus des- cendientes; y por esta causa no podían transmitir ya á sus hijos más que la vida de la naturaleza, y con ella la muerte sobrenatural que los priva de ser hijos de Dios y herederos de la gloria. Pues, bien; el Adán impecable, Cristo, y la Eva inmaculada, María, introducirán de nue»