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DL. do de su divinidad infinitamete mayor de la que se le ha pedido, permaneciendo en la Cruz por amor de los que le han crucifi- cado, y rogando por elloscon entrañas de misericordia, como mediador entre el cie- lo y la tierra, como Sacerdote sumo que ora por su pueblo, como abogado celes- tial (1) que los defiende ante la justicia de su eterno Padre. Y que defensa! y que abogado! Padre, perdónalos, que no saben lo que hacen! Padre, comienza diciendo: Padre, ya he apurado hasta las heces el cáliz de amarguras que me diste á beber en Get- semaní: sólo me restan momentos de vi- da, y los aprovecho para pedirte una gra- cia. No me la niegues, Padre mío; por la sangre que he derramado; por los bo- fetonea que he recibido, por las espinas que me han clavado, por los azotes que me han herido, por los clavos que me taladran, por esta cruz en que muero, no me niegues, Padre mío, lo últimoque voy á pedirte. Padre, perdona á estos crimi- nales. que no saben lo que hacen, Oyeme 1) I. Joan. 11,1