BCCPAM000539-3-33000000000000

cia tanto en é1 el Salvador, que muy amenudo s¢ le aparecia acompaiiado de su Madre Santisima, 6 le mandaba sus angeles, para que lo consolasen ~ y le sirvieran. Estos favores unidos4 aquella fé viva y a la ardiente caridad que lo abrasaba, le hacian decir continuamente estas palabras: “Zs tan grande el bien que espero poset; yee toda pen por lograrlo paréceme un placer.” MAXIMAS. Si queremos ser un objeto de complacencia al C orazon de Jesus, nos hemos de resolver 4 no hacer ni decir, ni pensar nada, que no sea para agradarle, proponiendo ofrecerle cada dia y cada- hora todas nuestras acciones, de manera que na da hagamos, que no sea por su amor; asi cumpli- remos el precepto del apdstol que dice: “Si co- meis, 6 si bebeis, 6 haceis cualquiera otra cosa, hacedlo todo a gloria de Dios.” (1) “Hacedlo en el nombre de nuestro Senor Jesucristo, dando gracias por ¢] 4 Dios Padre.” (2) Esto serd la prueba del amor que tenemos 4 Jesus, que con- siste en obedecerle. (3) (1) Corint.1. cap. 10év. 31, (2) Colos, cap.3. v. 17. és) ~ est. amor, obedire ci, qui diligitur. Crisosto, hom, 74. in oann, :

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz