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lleza noes sino un ligero reflejo de su infinita hermosura, que él mismo ha imprimido en ellas. Porque, asi como Ilevamos en nosotros la imagen natural de la esencia divina, asi podemos deli- near en nuestras almas con la gracia divina la semejanza de las virtudes de nuestro Padre ce- lestial, siendo perfectos como lo es él. (1) £Qué hacen, pues, estas almas para merecer el carino del Corazon de Jesus? Delinear en si mis- mas el retrato del Verbo divino humillado, y.ano- nadado por nosotros en la naturaleza humana que tomd. Para conseguirlo, renuncian totalmente al_ amor de lacarne y la sangre; abandonan las cosas -visibles, reputandolas por estiércol; se despren- den de cuanto halague los sentidos, crucificando la carne con sus vicios y concupiscencias, (2) y llevando en si la mortificacion de Jesus, como el medio de retratarlo aun en sus cuerpos; (3) y hacen el sacrificio de todo su compuesto, sin re- servarse nada para si. Su gloria consiste en suje- tar su razon 4 la de Dios: su dicha en amar 4 este Dios sobre todas las cosas, y 4 todos los hombres en él y por él; y si por su gloria, y por el bien de los hermanos es necesario renunciar 4 la fama y ala vida, siendo Cristo su vida, reputan el mo- (1) Galat, cap. 2. v, 20. (2) Galat. cap. 5. v. 22. (8) Cor, 2.° cap. 4. v. 10. ites