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—282— ya de seguirlo, (1) no queriendo humillarse 4 creer con Pedro y sus compaieros de apostolado, que las palabras de Jesus sean de vida eterna, (2) Hé ahi, pues, el amable Salvador sentado 4 la mesa con sus doce apéstoles, cuyos pensamientos lee y cuyas acciones conoce: tienen fé en sus pa- labras, porque es su Padre quien los ha traido4 su lado: (3) mas de aili 4 poco lo abandonaran to- dos y lo negara el principal de ellos: creen en él, pero hay uno, que es incrédulo desde el _princi- pio, reputando 4 su maestro por un embaucador del vulgo, (4) y pagandole odio por amor, despre- cios por fayores, y tratandolo indignamente, pues lo habia denostado en un eonvite, llevando 4 mal que un.alma llena de fé y de caridad, se la de- mostrase derramando sobre su divina cabeza un- giientos aromaticos, (5) y por fin maquinando en secreto contra su propia vida, que habia vendido con vilipendio, (6) comprometiéndose 4 ser jefe de.los conjurados y 4 dar principio 4.una escena de sangre con el signo que expresa el carino _tierno y sincero, y la lealtad de corazon. Todo esto ve Jesus, cuando va 4 tomar en sus benditas y venerables manos el pan y el vino pa- ra convertirlos en su cuerpo y sangre, y darlo 4 (1) Joann. cap. 6. v. 67. (2) Id. y. 69. (3) Id. y. 44, (4) Div. Hieron. in Math. cap. 26, (5) Mare. cap. 14. y. 4, (6) Lue, cap. 22, vy, 4 :